En el marco de la 51ª cumbre del G7, que se realiza en Kananaskis, Canadá, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostendrá este martes una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Será el primer encuentro presencial entre ambos mandatarios desde el inicio de sus respectivas administraciones.
La reunión, confirmada por el equipo de Sheinbaum, está programada para las 15:40 horas (locales) y tendrá una duración de una hora. Forma parte de una intensa agenda diplomática en la que también figuran reuniones con el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro canadiense Mark Carney.
Encuentro con peso político
La cita ha despertado gran atención en ambos países, no solo por el simbolismo del cara a cara entre dos nuevos gobiernos, sino por los temas sensibles que cruzan sus agendas: migración, comercio, remesas y seguridad fronteriza.
Antes de partir hacia Canadá, Sheinbaum declaró en Tlaxcala: “Vamos a defender con dignidad a los mexicanos, aquí y del otro lado de la frontera”. El mensaje anticipa una postura firme ante la política migratoria de Trump, especialmente tras las recientes redadas en California que han reavivado el debate sobre derechos de los migrantes.
Temas clave sobre la mesa
Aunque no se ha difundido una agenda oficial del diálogo, se prevé que la conversación se enfoque en:
• Protección a las comunidades mexicanas en EE.UU.
• El flujo de remesas, esencial para millones de familias.
• Revisión de condiciones comerciales en el marco del T-MEC
• Cooperación en materia de seguridad y combate al narcotráfico
Este encuentro no solo pone a prueba la relación entre Sheinbaum y Trump, sino también las prioridades que ambos gobiernos buscan establecer en un momento crucial para la región.
México como actor global
México participa en esta edición del G7 como país invitado, junto con Brasil, India y Sudáfrica. Para Sheinbaum, esta cumbre representa su debut en la escena internacional como presidenta y una oportunidad para proyectar un liderazgo diplomático enfocado en la justicia social, el desarrollo sostenible y la defensa de la soberanía.
El cara a cara con Trump será observado con lupa, tanto dentro como fuera de México. En juego está no solo la relación bilateral, sino la forma en que el nuevo gobierno mexicano se posicionará frente a una agenda global marcada por tensiones migratorias, disputas comerciales y nuevas alianzas.