En los últimos años el nombre de Taylor Swift ha sido sinónimo de éxito y ahora parece haber llevado esa suerte a sus más cercanos, empezando por su novio Travis Kelce, quien junto a su equipo, los Jefes de Kansas, se coronaron ayer como los ganadores de la edición LVIII del Super Bowl con Swift, su amuleto de la buena suerte, en primera fila.
Cuál si fuera boda, una vez que el marcador quedó definido y el trofeo fue entregado, las miradas se centraron en la llegada de Swift al campo, quien arribó junto a su suegra para ver la ceremonia de premiación de su pareja y el resto del equipo., ella espero pacientemente y sonriente mientras su galán gritaba eufórico levantando el galardón.
Cuando finalmente la pareja se encontró Swift no se desprendió del brazo de Kelce y así apretujados entre el resto de la gente compartieron un par de besos de victoria.
Gracias a estos dos se puede decir que esta edición del juego en el Allegiant Stadium de Las Vegas se convirtió en una de las más esperadas por la industria del entretenimiento, pero esta vez no por el ya tradicional show de medio tiempo, este año encabezado por Usher, sino gracias a Swift, quien como ahora novia de Kelce, ala cerrada de los Chiefs, apoyó a su pareja en su camino hasta su victoria final, robando cámara en cada uno de sus partidos y claro que el supertazón no sería la excepción.
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La 14 veces ganadora del Grammy, este 2024 al Álbum del año, arribó una hora antes del inicio del juego junto a su BFF Blake Lively, luciendo un conjunto de pantalón y crop negros con detalles de diamantes y una chamarra deportiva con el logo de los Jefes y el número 60, en alusión al año en el que este equipo fue formado.
A su outfit, claro que agregó detalles dedicados a su novio, portando un collar con el número 87, el de Kelce, y un bolso en forma de balón de futbol americano con diamantes, también con su número, valorado en más de 73 millónes de pesos.
La intérprete voló en un jet privado desde Japón, donde presentó cuatro shows de su The Eras Tour, hasta Las Vegas, logrando escaparse justo a tiempo para echarle porras a su amado.
Pese a que el artista elegido para amenizar el show de medio tiempo de este año era Usher, la conversación se centró en Swift, quien en todo momento era enfocada por la cámara para seguir sus reacciones ante el juego, pero que además hizo suyo el Super bowl con distintas actividades organizadas por sus swifties, como cuando varios de ellos con playeras de los Chiefs se organizaron para cantar su tema Love Story al unísono, u otros compartiendo sus diseños de playeras con imágenes de Taylor y Travis, o pasteles con la frase “Vamos, novio de Taylor”, y hasta memes de gente asegurando que aunque no sabían nada de la NFL querían que “ganara Taylor Swift”. Nadie podía negar que la presencia de la cantante en esta edición se había apoderado de los reflectores, tanto en el campo como en redes sociales.
Pasada la primera mitad del juego, fue el turno del cantante de 45 años, Usher, de probar si por 13 minutos podía desviar la atención para sí y para ello literalmente hizo circo y maroma, aunque para muchos no fue suficiente.
Vestido con un conjunto de pantalón, saco, guantes y tenis blancos, con detalles en plata, el cantante se postró desde el centro del escenario para lucir sus mejores pasos a ritmo de éxitos como Love In This Club, OMG, Caught Up y Confessions Pt. II, acompañado de múltiples bailarines y músicos que montaron todo un show burlesque a sus alrededores.
Tal como lo prometió, su presentación contó con varios invitados, la primera Alicia Keys, quien fue recibida entre ovaciones al aparecer al piano entonando un fragmento de su hit If I Ain’t Got You para después unirse a su amigo en su colaboración del 2004 My Boo, emocionando a los fans.
H.E.R. fue la segunda invitada en aparecer en escena, cantando junto con él Bad Girl, armada de su guitarra eléctrica.
Lil Jon y Ludacris también formaron parte de las sorpresas de la noche de parte de Usher, acompañándolo con su primer gran hit Yeah!, mientras que Justin Bieber, pese a haber sido uno de los principales artistas esperados para codearse con él como invitado, habiendo sido apadrinado por éste en sus inicios, con una colaboración en conjunto, y estando presente, no fue requerido en el escenario, lo que enfadó a los believers.
Pese a las grandes celebridades invitadas, el alto nivel en las coreografías y en la producción, que incluyó un número en patines y hasta un momento en el que el artista decidió quitarse la playera, para varios cibernautas en redes sociales el intérprete quedó a deber, lo que hizo que le llovieran memes.
Paul Rudd, Lana del Rey, Ice Spice, Lady Gaga, Jay Z, Beyoncé, Gwen Stefani, Blake Shelton, Jared Leto, Ariana Grande, Jon Hamm, Luis Fonsi, Marcello Hernández, Natti Natasha, Bad Bunny y Kanye West, fueron algunas de las celebridades que también se dieron cita en esta edición, pero pasado el show de medio tiempo, la atención regresó a Swift, quien retomó la programación habitual y fue enfocada mientras se echaba un fondo con sus amigos, se enojaba con el primer Touchdown de San Francisco y bailoteaba de alegría con el primer Touchdown de los Jefes, como toda una aficionada.