La vitamina D es uno de los micronutrientes indispensables para la salud y el buen funcionamiento de diferentes estructuras que integran el organismo. Entre otras cosas, esta vitamina es fundamental para la salud de los huesos, sistema inmunológico o la prevención de diferentes tipos de cáncer.
Así, esta vitamina cuenta con una peculiaridad que la diferencia del resto de micronutrientes necesarios para el organismo, y es que su principal fuente de obtención son los rayos ultravioletas del sol.
No obstante, la vitamina D también se encuentra de forma natural en un reducido grupo de alimentos; como son los pescados azules y grasos, mariscos, hongos y champiñones, yemas de huevo, palta, productos lácteos o cereales enriquecidos.
Además, también es posible aumentar los niveles de vitamina D mediante la ingesta de suplementos vitamínicos. Esto es algo que cada vez es más común entre la población, aunque es recomendable contar con la supervisión de un especialista cuando se lleve a cabo este tipo de tratamientos.
La vitamina D y el sol
Aunque esté en los alimentos, la principal fuente de obtención de vitamina D son los rayos ultravioletas del sol. En realidad, el sol procesa la vitamina. Por este motivo, es conocida popularmente como la vitamina del sol.
Solo basta con exponer al sol directamente la piel. A partir de ahí, el organismo realiza un complejo procedimiento de síntesis de la vitamina D.
Según expertos en esta vitamina, más del 80% de la vitamina D presente en el cuerpo humano procede de la radiación solar. El resto proviene de la alimentación o la ingesta de suplementos vitamínicos.
Por eso resulta importante la exposición al sol con moderación de forma recurrente. De esta forma, será mucho más fácil contar con unos niveles adecuados de vitamina D, un micronutriente esencial para el organismo.
No obstante, los expertos recomiendan tomar sol con mucha moderación, ya que una sobreexposición puede ser perjudicial para diferentes aspectos de salud; especialmente debido a que es una de las principales causas de aparición de cáncer de piel.
En este sentido, los especialistas recomiendan tomar sol durante unos 20 minutos diarios para aumentar los niveles de vitamina D. Además, la exposición solar no tiene por qué ser en la playa o la piscina, si no que puede llevarse a cabo en ventanas, balcones, patios, azoteas o incluso en la propia calle.
Con exponer brazos, piernas y rostro al sol durante 20 minutos es suficiente para elevar o mantener unos valores de vitamina D considerables en el organismo.